miércoles, 1 de junio de 2011

Otras Iglesias...

Luego de la Iglesia de Santa María de la Victoria, varias pueden visitarse.
Está la Iglesia de Santa Susana


Que fue construida en el lugar donde habitaba la joven asesinada por rehusar casarse con el hijo del Emperador Dioclesiano.



Más adelante se encuentra la Iglesia de San Bernardo


Un poco después, ésta otra…

Iglesia de Santa María de la Victoria


A muy pocos metros de la Fuente del Moisés, al cruzar la calle está…




La Iglesia de Santa María de la Victoria









Fuente del Moisés

Y también muy próxima al Museo Nacional Romano, se encuentra  una gran fuente al alcance de todos los sentidos!
En Roma existen innumerables fuentes de agua potable, alimentadas desde hace más de 2000 años gracias al trabajo de ingeniería que caracteriza a los romanos: los acueductos.
Además de bellísima, como todo lo que encontramos en Roma; con su peculiar historia…  El Mosé!
Ésta, ubicada en plena avenida, en la Plaza San Bernardo, lleva por nombre  Fuente del Agua Feliz (en italiano Fontana dell'Acqua Felice) que también es conocida como Fuente del Moisés.
Es el punto terminal del acueducto Agua Feliz, llamado así en honor al Papa Sixto V (Felice Peretti), quien mandó se construyera. Diseñada por Domenico Fontana 1586-1.590,  con la intención de suministrar agua a los barrios surgidos en las colinas del Viminale y del Quirinale y en particular a la suntuosa Villa Montalto de Peretti, que se extendía entre las dos colinas. Tiene como pieza central la representación de un Moisés que señala como mana milagrosamente el agua de entre las rocas.

El Mosé




Obra de Próspero Antichi,
quien cuentan se suicidó después que los romanos ridiculizaron su obra en la inauguración.





Al caminar las calles de Roma, que siempre ofrecen algo para deleitarse, no debe pasarse por alto sus iglesias. Cada una de ellas, si tenemos la oportunidad, debe verse, ya que son verdaderas joyas arquitectónicas, obras majestuosas, deslumbrantes, repletas de frescos, esculturas, relieves, capillas, cúpulas y un sin fin de elementos para admirar; verdaderos museos gratuitos que encierran arte y más arte,  dejándonos boquiabiertos... y créanme hay suficientes, casi una al lado de la otra, como para darse gusto!

Basílica de Santa María degli Angeli e dei Martiri

...y  la   Basílica de Santa María degli Angeli e dei Martiri:   plena de arte y tumbas monumentales!

Obtenida por la Iglesia  de la Termas de Diocleciano y construida por orden del Papa Pío IV dentro de sus murallas sobre  la base de lo que fuera su aula central,  luego que un sacerdote siciliano, Fray Antonio Lo Duca, en 1541 tuviera una visión de ángeles en las ruinas de las Termas de Diocleciano.

Fue diseñada originalmente por Miguel Angel a partir del 1562  pero al morir (18.2.1564) su diseño fue completado por Jacopo Lo Duca, sobrino del padre Antonio y alumno de Miguel Ángel. (sufrió posteriores transformaciones: entre las más importantes las realizadas en 1749 por por Luigi Vanvitelli, en preparación para el Año Santo de 1750. Vanvitelli cambió el eje de la iglesia creando un nuevo altar mayor).






Tiene una  una extraña y especial apariencia externa que la hace única ya que los muros que dan a la calle consisten en parte del ladrillo de las Termas de Diocleciano. Las puertas son de bronce elaboradas por el escultor polaco Igor Mitoraj,





que en 2006 sustituyeron las antiguas puertas de madera.


Diocleciano al poco tiempo de subir al trono imperial, desencadenó una despiadada persecución contra la ya nutrida comunidad cristiana. Además de los desafortunados que acabaron siendo pasto de las fieras del Coliseo, fueron centenares los muertos debido a las inhumanas condiciones de trabajo durante la construcción de los baños,  en condición de sometimiento como esclavos, por lo cual es dedicada a los mártires.






En sus paredes se encuentran numerosos retablos provenientes del altar de la Basílica de San Pietro en El  Vaticano (donde fueron reemplazados por copias en mosaico para preservarlos de la humedad); algunos pintados por Domenichino, Carlo Maratta, Francesco Romanelli y Pomarancio.
En su interior se encuentra el Reloj de Sol (o Meridiana Solar) que hizo construir en el piso (sobre diseños de Miguel Ángel) Clemente XI en 1703 para indicar el mediodía, inaugurado el 6 de octubre de 1702 y cuya finalidad era demostrar la exactitud del Calendario Gregoriano (el usado en casi todo el mundo en la actualidad y que señala las fiestas religiosas católicas) y determinar la fecha de la Pascua Cristiana en el modo más análogo posible a los movimientos del Sol y de la Luna (una curiosidad).

Piazza della Republica

Si caminaba subiendo desde mi hotel (Vía Cavour) hacia la izquierda se encuentra la Piazza della Republica  (Plaza de la República - Antiguamente Piazza dell'Esedra),  a cuya Fontana delle Naiadi realizada en 1885,  le fueron agregadas en 1901 los cuatro grupos de ninfas en bronce sobre monstruos, esculpidos por Mario Rutelli.




Los Museos Capitolinos






La sede histórica de los Capitolinos está constituida por el Palacio de los Conservadores (Palazzo dei Conservatori) y el Palacio Nuevo (Palazzo Nuovo), edificios situados en la plaza del Campidoglio ('Capitolio'). Estos dos enormes edificios rodean la Plaza del Campidoglio, comunicados entre sí, y albergan estupendas obras de inestimable valor como La Loba con Rómulo y Remo, de la cual hay una reproducción a las afueras, la escultura realizada en mármol por Bernini del Pontífice Urbano VIII (1.640); que sorprende por el detalle en sus elementos (hasta el encaje en las mangas del ropaje es espectacular), la Medusa también de (Gian Lorenzo Bernini, 1598-1680), entre otras muchas del arte clásico más antiguo de Europa.




La Piazza del Campidoglio es considerada como una de las mejores realizadas en el Continente: fue remodelada según diseño de Miguel Ángel quien también diseñó su escalinata Cordonata.     



domingo, 1 de mayo de 2011

El Foro Romano



Es el área arqueológica más grande del mundo ubicada en el corazón de Roma.


En Latín: Forum Romanum, ocupa una gran extensión entre las colinas del Palatino y del Capitolio y sus ruinas son la pieza fundamental del centro histórico de la Roma Imperial mezclándose con la arquitectura posterior. Lo cruza la vía Sacra que llevaba al Coliseo.


En el año 500 a.C. Roma era sólo una pequeña ciudad que consistía en unas colinas habitadas que estaban rodeadas de terraplenes de tierra como único resguardo, con edificaciones de ladrillo y madera y con un único puente hecho de troncos, cuyos habitantes llegaron a conquistar el mundo conocido, dando origen a  una cultura que es la base del mundo civilizado. Posteriormente, bajo el gobierno de César se desarrolló mucho en comparación con la Roma que le antecedió pero aún bastante distante de la esplendorosa  Roma. Su sucesor Augusto, antes de morir expresó: "Encontré una ciudad de ladrillos y dejo una ciudad de mármol".  Si contrastamos la ciudad en su magnificencia arquitectónica, a principios del siglo IV d.C., podremos apreciar cuan distante está de la vieja ciudad en la que César  vino al mundo.


El Foro de los tiempos de César no era ese grandioso que se iría formando a través de los siglos sucesivos. Roma en esos tiempos era una ciudad estancada con un urbanismo deficiente que se alzaba sobre siete colinas y el modelo urbanístico griego no podía aplicarse en una ciudad de pendientes hacia arriba y hacia abajo, creada a base de un crecimiento desordenado y anárquico sin planificación alguna. En las barriadas populares la gente se aglomeraba en callejuelas estrechas rodeadas por edificios de seis o más pisos llamados insulas. Otros más pudientes habitaban en los barrios residenciales como el Palatino, en casas confortables de una planta con jardines. Roma pues, se articulaba en torno al Foro que en tiempos del Imperio constituía su centro religioso, económico y político, donde se desarrollaban todas las actividades de los habitantes de Roma y en el que se concentraban sin aparente orden la mayoría de los edificios públicos de la ciudad.      




Luego de la caída del  Imperio Romano fue quedando en el abandono hasta llegar a olvidarse por completo. Posteriormente en la Edad Media se conocía  su existencia, pero los monumentos se encontraban mayormente enterrados bajo los escombros y es en el  siglo XX cuando comienzan las  excavaciones que permiten emerger los restos arqueológicos.

Entre otras, encontramos  construcciones como el arco de Séptimo Severo (levantado en honor a la victoria romana en Jerusalén), el de Tito,  el Templo de Saturno, el de los Dioscuros, y tantos otros monumentos impactantes!
  


El Templo de Saturno albergaba el tesoro público 

                                                           

  

 El Templo de los Dioscuros con sus columnas corintias
(Sobrenombre colectivo de Cástor y Pólux, hijos de Leda y de Zeus)




  Arco de Séptimo Severo  









El Palatino




 
Luego de visitar el Coliseo debe recorrerse El Palatino, que fue el centro administrativo donde tuvo lugar la mayor parte de la historia de Roma y donde pueden observarse las ruinas de importantes edificaciones vinculadas a quienes la protagonizaron. Era residencia de los más altos ciudadanos del imperio y  de los Emperadores. Del término deriva: Palacio.

Conocida como la Cuna de Roma, es la más famosa, antigua y céntrica de las siete colinas que se encuentran en ella, donde unos mil años antes de Cristo se establecieron los primeros habitantes de la ciudad, y que  albergaba la cueva de la loba que amamantó a Remo y Rómulo, siendo éste último luego de asesinar a su hermano quien la fundara a partir, según cuenta la leyenda, de un cuadrilátero marcado por él en el 750 a.C.

Puede  señalarse como uno más de los  sitios mágicos que se encuentran en la ciudad, conservando las mayores y más importantes evidencias patrimoniales  de la nación.


Templo de Romolo




Detalle de un Arco de Triunfo





Allí se encuentran el Museo de El Palatino









El Arco de Constantino





Es un arco de triunfo con una altura de casi 25 metros, 26 de ancho y una profundad que roza los 7 y medio,  que se encuentra al aire libre entre el Coliseo y la Colina del Palatino, en Roma, por lo que se puede observar durante el día y la noche. Está realizado en mármol y su Autor es anónimo, se construyó en honor a Constantino (considerado el primer emperador cristiano) en el año 315 d.C (Siglo IV) 22 años antes de su muerte,  para conmemorar su victoria frente al emperador Majencio en la batalla del Puente Milvio (313).






Constantino se convirtió al cristianismo en su lecho de muerte, recibiendo el sacramento del bautismo, aunque pese a ello, el Arco de Constantino no tiene ninguna referencia al respecto.

La mayoría de estatuas y relieves que componen el Arco se aprovecharon de monumentos anteriores y se pueden observar en el ático ocho relieves de Marco Aurelio, del mismo tamaño que los de Santa Martina, y otras tantas  estatuas de prisioneros dacios en pedestales extraídas del Foro de Trajano. Otros relieves también  hacen referencia a la victoria de Trajano frente a los dacios.

Posee ocho medallones redondos (de dos metros de diámetro) en los arcos, que no son originales, ya que datan del siglo II d.C. y vienen de un arco perteneciente a la época del reinado de Adriano y representan escenas de caza y de sacrificios,  y dos relieves monumentales de Trajano en el vano del arco.

El Coliseo





El Anfiteatro Flavio, más conocido como el Coliseo (Colosseum en el latín original y Colosseo en el actual italiano) está situado entre los cerros Palatino, Celio y Esquilino.

Los domingos la Vía dei Fori Imperiati está cerrada para pasear junto al Foro y llegar al Coliseo. Es un recorrido estupendo donde puede admirarse esta magna obra arquitectónica, a la vez que se aprecia el Foro Romano, una hermosa Capilla cercana, los emocionados turistas, y diferentes atracciones callejeras que hacen del paseo una experiencia muy agradable realmente!



Su interior tenía un ruedo central hecho de madera cubierta de arena bajo el que se extendía un auténtico laberinto de pasillos divididos en varios pisos, donde se encontraban las mazmorras y las jaulas de los animales. La zona de graderíos era llamada “Cávea”, dividida en tres sectores superpuestos, más un cuarto graderío de madera para los espectadores de a pie. Cada sector estaba reservado para las diferentes clases sociales. En su parte más alta, el Coliseo tiene el “Velarium”, una gran carpa que protegía a los espectadores del sol y que era manejada por un destacamento especial de marineros de la flota de Nápoles. El “podio” es la zona donde se sentaban el emperador y los principales miembros de la sociedad romana.


    




Los muros exteriores están hecho de travertino, y las columnas del primer piso  son  dóricas, jónicas las del segundo,  y corintias las  del  tercero.  En  cada  una de  las  arcadas  que se pueden  ver, había una estatua representativa de emperadores y dioses.

Allí se encuentra la tumba de Julio César.





Sigue utilizándose como centro de entretenimiento para la presentación eventual de artistas de alto nivel internacional y para la grabación de algunas películas (afortunadamente ya no para las bárbaras exhibiciones de sus tiempos de esplendor máximo).





Antiguamente, junto al Coliseo, había una gigantesca estatua de bronce dorado de más de 35 metros de altura: el Coloso de Nerón, obra del escultor Xenodoro, que representaba al emperador, y a la que, tras fallecer éste, se le sustituyó la cabeza por la del dios Sol. Junto al Coliseo Romano y el Coloso, se podía admirar el Templo de Venus dedicado a la diosa fundadora de Roma y el Arco de Constantino.

Es un monumento cuyas ruinas de formidable belleza arquitectónica constituyen un de los emblemas más importantes de Roma que aún hoy impresiona con su elegancia a pesar de los rigores  del tiempo y nos avasalla con sus más de 57 metros de altura, casi 188 metros de diámetro por su lado mayor y 156 por el eje menor.

Es el símbolo de todo un Imperio; sí, eso es el Coliseo de Roma. La muestra de todo el poder  sobre un vasto Imperio dominado hasta los mismos límites de Oriente.

El Coliseo mereció la admiración del mundo entero en una época gloriosa para Roma; fue el lugar donde leones, cristianos, gladiadores, y juegos, servían de divertimento a una sociedad ufana y sabedora de su grandeza.

Mandado a construir por Vespasiano entre los años 70-72 d.C. fue inaugurado por su hijo Tito en el 80 d.C., con la celebración de una serie de fastuosas ceremonias y espectáculos que duraron 100 días, en los que tuvieron  lugar sangrientas luchas muriendo miles de gladiadores, esclavos y animales salvajes, con entrada  gratuita para el espectáculo de inicio. También se usó para la representación de batallas donde se resaltaban las victorias del Imperio. Casi 55.000 espectadores entraban por 80 accesos que los conducían por pasillos hasta las 160 entradas de donde se llegaba a los graderíos.